CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA Y ARTÍSTICA

A partir del año 1808 la Guerra contra Napoleón representó para él una experiencia dolorosa que intensificó su vena pesimista y crítica; el arte de Francisco de Goya no volvió a ser la representación de un mundo amable.



La Revolución Francesa ha comenzado y surgen los horrores y desgracias que toda guerra lleva consigo.  
La pintura de Goya implica la rotura con la tradición, aunque lo asimila en el sentido de abandonar el respeto a las leyes ópticas de pintar lo que se ve a pesar de ser representado de una manera diferente o subjetiva, para asumir la responsabilidad de crear un mundo propio, donde la fantasía y la critica tienen un papel más importante que la realidad visual.

Goya no soportó el régimen absolutista de Fernando VII y de ello se mofa y critica con todo su sentido satírico y burlón, denunciando con acontecimientos reales la cruel condición humana cuando se desborda por el odio. 

Otro acontecimiento triste de su vida, siempre reflejado en su obra, es la muerte de su esposa. Estas desgracias y tristezas, junto a su ya incurable enfermedad, van recluyendo cada vez más al pintor, pero su ingenio se intensifica en la misma proporción en que se va separando del mundo.